Gabriel Soto y Geraldine Bazán terminaron su relación de tantos años, pero sus dos hijas los unirán por siempre.
Entre tantos chismes y especulaciones sobre las razones de su rompimientos, hay una gran verdad, Gabriel se hará cargo de sus hijas y todo está en blanco y negro en la demanda de divorcio.
Gabriel pagará al rededor de $2,500 dólares mensuales, además de $3,000 anuales por unas vacaciones. Geraldine mantendrá el auto que está a nombre de Gabriel, además de la casa que está a su nombre y que deberá desocupar si se casa o vive con alguien en concubinato. Se podría quedar con los muebles y hasta con el juego de ollas carísimas, Royal Prestige.
Las niñas están cubiertas con un buen seguro médico y la escuela también estará pagada por Gabriel. Bien por esa, poniendo el nombre de los padres responsables en alto.
Aunque en una publicación dejó claro lo que piensa de las madres solteras que sacan a sus hijos adelante a pesar de las adversidades.
"Llamo a la reflexión de aquellas que con casa, chofer, nanas, colegiaturas, seguros médicos, vacaciones, tarjeta de crédito y todo pagado, siguen atacando y promoviendo el odio en lugar de acabar con una guerra sin sentido ya".